La
esclavitud, es una condición que no permite el reconocimiento de Derecho alguno;
de ahí que la libertad se ha convertido desde tiempos inmemorables, en una de
las razones de las grandes crisis y conflictos a fin de alcanzarla plenamente,
sin embargo esta libertad aun, no se ha llegado a tener completamente, y esto
que, se supone que hemos “evolucionado” y que somos sociedades democráticas y
con vocación de respeto a los Derechos Humanos.
En
Nicaragua esto, solo es un lema de campaña gubernamental, resulta hasta
desagradable escuchar insistentemente como se manosea el significado de
“restitución de derechos”, acá la pregunta de cajón es, ¿De cuál o cuáles
derechos, hablan?, Ya que este 6 de noviembres lo que vimos fue todo lo
contrario, hemos sido testigos/as de cómo un derecho tan elemental, de elegir y
ser electo, de forma libre, transparente y apegado a derecho se ha tirado a la “chureca”,
vemos como tantos años de lucha, que costó vidas humanas (incluso cuando era
impensable que revelarse al monarca, era posible), todo para acceder a ese
derecho, de ser parte importante y fundamental en la elección de las
representaciones políticas, me refiero el derecho
al sufragio o voto.
Cuando
se habla del Derecho al sufragio o voto, es imposible no hablar de la
revolución francesa, que en 1789 acabó con la monarquía absolutista y opresora
de entonces, a partir de ese momento se constituye un gobierno democrático,
individualista y republicano; un hecho que motivo la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
(claro acá las mujeres no fuimos reconocidas como ciudadanas, aunque ello,
sigue siendo una deuda para nosotras, sin embargo fue el inicio de lo que luego
paso a ser la Declaración Universal de los Derechos Humanos), esta declaración integro dos aspectos
importantes, una de ellas los derechos individuales y la segunda los derechos
de la nación a través de los principios de organización política. Entre los
derecho individuales se encuentran la
libertad, seguridad y resistencia a la opresión, los que deben ser
protegidos por cualquier organización política; los aspectos relevantes de esta
declaración es la desmantelacion de
la desigualdad jurídica (aclaro, se excluyó a las mujeres), establecer la
libertad política y suprimir la opresión por parte del Estado (todo lo anterior
mencionado, con sus bemoles particulares claro está).
Posteriormente
a la revolución francesa, se dieron muchas acciones a favor del sufragio, sin
embargo éste se fue garantizando jurídicamente poco a poco, para todas las
personas; ya que en los primeros momentos solo podían ejercer este derecho,
quienes llenaban ciertos requisitos, sobre todo de género, económicos y de
posición social; de ahí que se pueden mencionar algunos tipos de sufragios[1]:
-
Sufragio censitario; solamente los hombres tenían el
derecho a votar, pero debían cumplir requisitos como, nivel educativo, ingresos
y clase social.
-
Sufragio masculino; tenían derecho a votar todos los
hombres que supieran leer y escribir.
-
Sufragio femenino; reconociéndose el derecho al voto a
las mujeres.
-
Sufragio sin calificación: en el que se establece el derecho a
voto de todas las personas, sin discriminar su nivel educativo, incluyendo a
los analfabetos.
-
Sufragio sin discriminación racial: se garantiza el derecho a voto de
todas las personas, sin discriminación racial, ni de su pertenencia étnica u
origen nacional.
Para
que, el derecho al sufragio fuese universal, libre y secreto, ha
costado vidas, grandes luchas y manifestaciones en cada uno de los países que así
se garantiza (aunque falta para que sea reconocido plenamente); por ejemplo el
movimiento de mujeres sufragistas, tiene un peso grande en la historia moderna,
sobre todo para el movimiento de mujeres y feminista, la lucha que representó y
enarboló el movimiento sufragista es muy trascendente, y constituye uno de los
antecedentes importantes, de lo que actualmente es el movimiento de mujeres y
feminista; es por ello, que para nosotras las feministas, es impensable
renunciar a este derecho que tanto costó alcanzarlo por nuestras ancestras, es
una de las razones que nos mantendrá en las calles exigiendo y demandando las
garantías plenas a este derecho, no solo para elegir, sino para ser electa en
condiciones igualitarias con los hombres.
Entonces,
con todo y lo que ha costado e implica, es importante mencionar que el
sufragio, es uno de los elementos fundamentales, de lo que se conoce como Democracia Moderna, sin embargo; ésta democracia no garantiza completamente,
que este derecho elemental sea protegido, un ejemplo claro son las recientes
elecciones generales en Nicaragua, fuimos a unas elecciones con grandes dudas y
pruebas de lo que se constituiría en el fraude más descarado que el CSE, en su
historia ha dirigido (contando con antecedentes del 2008 y 2010, que podemos
decir, fueron sus ensayos, para lo que se avecinaba), por citar algunas de esas
pruebas;
-
Padrón
electoral inflado, no depurado, ni se hizo público en su debido momento, por
ello, hasta los muertos votaron y fueron acreditados como fiscales en estas
elecciones.
-
Verificación
ciudadana en un tiempo record, muy poco promovida y con serias limitaciones de alcance,
lo que implico que muchas personas, no hicieran sus cambios de domicilio
correspondiente.
-
La cedulación estuvo a cargo del partido FSLN,
lo que es una violación a la ley electoral, ya que esta facultad solamente le
compete al CSE; es más que evidente que los CPC (Consejos del Poder Ciudadano),
han tenido un roll preponderante en la entrega y calificación de quien o
quienes podían acceder al documento de identidad ciudadana, que vale recordar
es un Derecho. Y así sucesivamente, podemos seguir nombrando anomalías
y pruebas más que visibles, mismas que constituyeron las bases para el gran
fraude perpetrado por el CSE y el Gobierno actual, claro está con sus cómplices
materiales e intelectuales.
Con
lo anterior, me surge una pregunta; ¿A quién pertenece el voto?, si bien
es cierto cuando ejercemos el derecho al sufragio, estamos eligiendo
representantes políticos; esta acción no significa, que renunciamos al derecho
de fiscalizar y cuestionar el ejercicio del poder de los/las representantes de
la ciudadanía en un cargo particular. El voto, es el instrumento únicamente dado
como derecho al/la ciudadano/a; por tanto, que funcionarios públicos y partidos
políticos abusen de este derecho, constituye un delito y una razón más que justificada
para que sea destituido del cargo que representa, y en caso de los partidos políticos,
se les debería quitar su personería jurídica. Por tanto afirmo, que una vez que
depositamos nuestro voto en las urnas, nos da el derecho y la prerrogativa de
defenderlo por los medios disponibles y las formas que consideremos para ello.
Considerando
esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a
fin de que el hombre y la mujer[i]
no se vean compelidos al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la
opresión (párrafo tercero del preámbulo de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos).
Darling Munguía
Feminista.
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