miércoles, 5 de diciembre de 2012

Soñé


Me hicieron creer que todo pasaría, que todo cambiaría,
Que la nueva generación de luchadores/as quería un mejor amanecer,
Me hicieron repetir innumerables veces que “los mártires vencieron”,
Que vencieron? Que “avanzáramos a la revolución”, cual revolución?
Me dijeron que el “pueblo es dueño de su historia y arquitecto de su liberación”.

Cambiaron la historia de acuerdo a sus intereses,
Se erigieron en jueces, en amos, en dictadores, en opresores,  
Se rasgaron las vestiduras, pero no se rasgaron el alma,
De sus bocas salieron palabras dulces y también malditas,
Sus corazones mientras ostentan el poder no parecen de carne,
Sus pensamientos se pudren como se pudren sus huesos mortales,

Pensé que era un sueño, y soñé que era real,
Volvieron mis ojos a cerrarse y encontraron la más triste realidad,
El pueblo dormía, el pueblo soñaba, el pueblo lloraba, pero su llanto no se oía,
Sus oídos se abrieron a cantos de sirenas, a música y palabras mezcladas con veneno,
Pero se cerraron a la libertad, a la autonomía, a la justicia, a la igualdad y a la vida,
Se pensaron, y se vieron como los dioses; arrogantes, altivos, y de la realidad ajenos,
Soñé con mi país, pero no era mi país, era tierra de todos y de nadie, era igual que antes.   



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